Si
este filósofo de la Atenas del siglo IV a.C. escuchara de alguno de nosotros la
famosa frase “el
dinero no da la felicidad pero ayuda a conseguirla” no sé si sonreiría o diría seriamente “¡qué poco han aprendido!”.
Ciertamente,
ya que el significado de la misma dista mucho de su planteamiento filosófico que
ahora, deshidratado e interpretado con un criterio muy personal –espero que los
realmente entendidos en el tema perdonen la simplicidad y sean benévolos con
las incorrecciones-, comparto con vosotros.
Para
Epicuro el principal objetivo en la vida debía de ser alcanzar la Ataraxia,
la Felicidad,
un estado de placer
sereno, reposado y duradero. ¡Ahí es nada!
Mantenía
que:
No
sabemos lo que nos hace felices.
No siempre deseamos lo que necesitamos.
Al no entender lo que realmente nos
hace ser felices buscamos sustitutivos (comprar, tener poder, tener dinero,
posesiones…).
Epicuro
defendía que existen dos grandes bloqueadores que nos alejan de ese estado de
serenidad y plenitud no permitiendo por tanto que seamos felices:
1.
Nuestros
miedos. Identificaba el miedo al
dolor, a la muerte, a los dioses y al destino (cierto que algunos han cambiado,
pero hemos incorporado otros igual de limitantes).
Su receta para minimizarlos -> el TETRAFARMAKON
-
No hay que tener
miedo a la muerte. Mientras vives la muerte no existe, cuando mueras dejarás de
existir ¿para qué angustiarse con algo que no existe?
-
El dolor es pasajero
y soportable, si fuera intenso y permanente causaría la muerte.
-
Los dioses, si
existen, están demasiado ocupados y son demasiado importantes para emplear su tiempo
en controlarnos y en estar pendientes de nuestras vidas.
-
El destino no está
escrito. Cada uno de nosotros dirigimos nuestras vidas y construimos nuestro
futuro.
2.
Los
deseos/placeres que intentamos satisfacer a toda costa y que él clasificaba en:
- Naturales y Necesarios básicos para vivir: comer,
beber, ...
- Naturales y No Necesarios, variaciones superficiales
de las anteriores: comer bien, vestir bien...
- No Naturales y No Necesarios, generados por la publicidad, por las opiniones de los demás: poder, riqueza…; el
obsesionarse con estos últimos es lo que, según el filósofo, nos producirá a la
larga dolor en el alma, alejándonos
de la ansiada Ataraxia.
Para
ser feliz Epicuro proponía una fórmula aparentemente sencilla:
(A) = Cultivar la amistad,
de manera intensa. Compartir mesa y mantel, ideas y temores. Rodearte de
personas que quieres y que te quieren.
(B) = Intentar ser libres,
no dejar que las opiniones de los demás nos limiten e interfieran indicándonos
que es lo que debemos hacer; no permitir que nos generen necesidades superfluas.
(C) = Ser prudentes a la hora de calcular los placeres/deseos
que queremos satisfacer y los que es mejor rechazar, para lo que es imprescindible
tener clara la naturaleza de los mismos y si la necesidad que sentimos es
real/natural o inducida.
(D) = Reservar tiempo para la reflexión/meditación, para
analizar desde la serenidad nuestra vida, lo que marcha bien y mal, lo que nos
preocupa, lo que tenemos y lo que queremos realmente alcanzar.
No parece complicado ¿no?
Pues
eso, ¡a poner en práctica estos principios e incorporarlos a nuestro diario! Mal no
nos va a hacer y ¡quien sabe!, tal vez alcancemos así, sin darnos cuenta, la
Ataraxia, que al fin y al cabo con diferentes nombres es lo que todo hombre
busca y pocos alcanzan.
Fuente de la fotografía: http://365palabras.blogspot.com.es/
Comparto bastante esta filosofía, pero entre los miedos yo incorporaría el miedo a poder cumplir con tu responsabilidad en el mantenimiento y desarrollo de tu familia. Sobre todo en periodos como el actual. Para los creyentes, ha cambiado mucho el concepto de Dios, hasta el punto de invalidar la reflexión de Epicuro.
ResponderEliminarAdemás los ingredientes para lograr la felicidad parecen fáciles..... pero no lo son tanto.
Por ejemplo para ser libre necesitas cierta independencia económica, cierta cultura, y una larga lista de condicionantes.
Gracias por el comentario.
EliminarEs cierto que a cada uno de nosotros nos paralizan determinados miedos, todos ellos son limitantes estén o no sustentados en posibilidades reales.
Para mí ser libre conlleva determinados riesgos y consecuencias que no todos están dispuestos a asumir, de ahí la dificultad que planteas, pero ¿por qué no intentarlo?
Un saludo