Este
tipo de Jefe (Eneatipo 6 en su franja insana) se caracteriza por su eterna angustia
vital; temen que su mundo -el conocido y el que les hace sentirse
seguros- caiga en pequeñas piezas bajo sus pies; por eso se aferran a las
rutinas, a los rituales, a lo que funcionó en el pasado.
Intelectuales, sumisos y reactivos, son buena gente, de hecho la lealtad hacia su
equipo, su empresa y sus valores es lo que les mantiene. Si no se
deslizaran hacia el lado oscuro, ese que les hace tambalear, tendrían todos los
elementos para convertirse en un buen jefe, el que todos quisiéramos tener.
Su
miedo básico es no
tener el apoyo
que necesitan para continuar viviendo, por eso es tan importante
buscar, encontrar y mantenerse dentro de los parámetros conocidos que le
ofrecen una aparente seguridad.
¿Qué es lo que
vemos?
1. La duda les corroe, la
vida les agobia. Dan
vueltas y vueltas a los temas hasta que se ponen mohosos. Les cuesta tomar
decisiones; no es de extrañar que tengas que ver un asunto con él cientos de
veces y desde diferentes ángulos hasta que esté segur@ de que su resultado no
pondrá en peligro su reputación.
2. Brillan menos que una
linterna fundida
tapando con ello el brillo de sus colaboradores. A pesar de que lideran equipos estupendamente, que alcanzan resultados con
un gran esfuerzo… jamás sabrán venderse; son grises porque quieren serlo.
Mientras en el departamento de al lado se llevan medallas y vítores por
nimiedades, tendrás que ver como el tuyo jamás las obtiene simplemente porque
el/ella no las publicita. Si recibe algún cumplido del tipo “este enfoque que acabas de
aportar es realmente bueno”
rápidamente le quitará importancia. No esperes alcanzar con él/ella los últimos
escalones de la pirámide de Maslow, simplemente no lo harás.
3. Contradicción
personificada. Duales
y contradictorios, en ellos verás como los polos opuestos juegan en pareja al mus; pasan del blanco al negro en décimas de
segundo lo que te confundirá; nunca conseguirás cogerle el tranquillo, lo que restará naturalidad a vuestra
relación y te hará tomar distancias; esta confusión será percibida como falta
de apoyo, lo peor que le puede pasar a este tipo de Jefe.
4. Llaneros solitarios,
aunque necesiten jarana.
Muchos de ellos se confunden con el Jefe “Don Perfecto”,
por los kilómetros de distancia que les separan del mundo que les rodea. En
este caso una muestra más de su contradicción interna: necesitan muchísimo la
seguridad que les aporta tener un equipo cohesionado, involucrado, que le siga,
pero al mismo tiempo son tan reactivos y ponen tantas barreras, que es difícil
que lo consigan.
5. GPS para la detección de
problemas, auténticos aniquiladores de la ilusión. Dales
un proyecto, una tarea, un objetivo y serán capaces de detallarte más de cien
aspectos que pueden salir mal: no hay medios, no están claros los principios, no se van a
cumplir los plazos…,
se centran tanto en el problema que ellos mismos se convierten en uno bien
grande que tapa una vez más su brillo y talento.
Desoladores,
no se dan cuenta de que su excesiva previsión les hace resultar incómodos.
Nadie quiere a un aguafiestas sentado a su lado todo el día.
6. Ven enemigos en todas
partes lo que les hace defenderse cuan Rambo ante tanta conspiración. Viven angustiados por el miedo a ser atacados. Se
autoconvencen de que todo se ha vuelto en su contra, de que no hay nada de
verdad en cuanto le rodea; siempre hay segundas intenciones en toda decisión,
frase o halago. Esta paranoia os la trasladará y acabareis viendo a los
compañeros de otras áreas como
auténticos enemigos, convirtiéndoos en miembros de la Resistencia, siempre alerta ante la
bomba que pueda estallaros en las manos.
Ahora
según el Eneagrama… ¿Por qué actúan así?
En
su infancia no se sintieron seguros; puede que una excesiva protección les
impidiera asumir riesgos o puede que vivieran inmersos en un continuo miedo a
perder lo conocido, aquello que todo niño necesita para desarrollarse.
Con
esta inseguridad comenzaron a caminar midiendo mucho sus pasos, construyendo a
su alrededor pequeñas rutinas que les permitían seguir adelante sin el miedo a
caerse, reforzando el mensaje interno de: “todo va bien si haces lo que se espera”, porque haciéndolo no asumes
riesgos, no te llevas batacazos, no te rasguñas.
Su
principal enemigo es el MIEDO.
Se conocen bien y lo saben, pero no tienen las fuerzas
suficientes para acabar con él.